cristoreydigital
13 de Julio, 2017
Amelia Earhart ha desaparecido de nuevo. La fotografía que sacudió Estados Unidos hace una semana fue víctima del mito. Hallada en los Archivos Nacionales y hecha pública por el programa History Channel, la imagen mostraba a una persona de espaldas en el malecón de las Islas Marshall (Pacífico). La foto que parecía una mujer que tenía el pelo corto y bestia pantalones, los autores del documental, titulado La evidencia perdida, sostenían que podía tratarse de la legendaria aviadora desaparecida en 1937 y aventuraban que había fallecido tras haber sido capturada por los japoneses. Una teoría que, como tantas otras, ha elevado la muerte de Earhart a misterio nacional.
En la foto también aprecia el acompañante de Amelia Earhart Frederick Joseph «Fred» Noonan el navegante que acompaño a Earhrt.
Sin embargo el historiador militar japonés, Kota Yamano, ha demostrado que la foto fue tomada dos años antes de la desaparición de la aviadora Amelia Earhart. Después consultar con la Biblioteca Nacional de Japón ha concluido que la foto corresponde a una guía de viaje del Pacífico sur publicada el 10 de octubre de 1935. Es decir, casi dos años antes de la desaparición de la aviadora y de su presunto cautiverio. “Nunca creí en la teoría de que Earhart fuese capturada por soldados japoneses”, ha señalado Yamano. Tras el golpe, History Channel ha intentado minimizar daños. “Nuestros investigadores revisan los últimos acontecimientos y serán transparentes. El rigor histórico es lo más importante para nosotros”, ha señalado.
Tras una titánica operación de búsqueda, el Gobierno de EE UU concluyó que se había estrellado en el Pacífico por fallo mecánico o falta de combustible. Pero la versión oficial no apagó el misterio. Aparte del apresamiento por los japoneses, hay quien ha sostenido que se suicidó y otros que aterrizó junto a al minúsculo atolón de Nikumaroro y que allí murió de sed, herida o envenenada.
Esta última hipótesis es la que más adeptos tiene y ha impulsado 12 expediciones a la isla. La última, organizada por National Geographic, finalizó la semana pasada y, con las indicaciones de cuatro perros rastreadores, aseguró haber descubierto el lugar donde Earhart pudo acabar sus días. Nuevamente, no aportó ninguna prueba. Solo la esperanza de haber avanzado en la explicación del enigma.
Un sueño que los expertos dan por imposible. “Creo que su avión quedó sin combustible, chocó contra mar y se hundió en un sitio donde el Pacífico tiene 5.000 metros de profundidad”, ha escrito Susan Butler, una de las mayores especialistas.
Esos son los hechos. Pero la búsqueda no ha terminado. Su desaparición en el apogeo de la fama, la falta de datos sobre sus últimos momentos y la pérdida de su cadáver mantienen abierta la puerta del interrogante. Ese en el que sigue volando Amelia Earhart.
Fuente: El Pais.