cristoreydigital
1 de Mayo, 2017
VIENA. Naciones Unidas prepara el lanzamiento de su primera misión espacial en el año 2021, con el objetivo de que los países con menos recursos puedan realizar experimentos y beneficiarse de tecnologías útiles para el desarrollo sostenible.
“La misión está prevista para el 2021 y estamos realmente emocionados al ofrecer por primera vez la oportunidad de realizar experimentos científicos en la baja órbita terrestre con el paraguas de la ONU”, explica a Efe la directora de la Oficina de Naciones Unidas para el Espacio Exterior (Unoosa), Simonetta Di Pippo.
“Llevar los beneficios del espacio a toda la humanidad es nuestra meta y facilitar el acceso al espacio a países en desarrollo es una parte clave de eso”, respondió la astrofísica italiana por correo electrónico a preguntas de Efe en Viena.
El objetivo, dice, es “estudiar asuntos relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como el cambio climático, la seguridad alimentaria o la preservación de la biodiversidad”.
“Las actividades espaciales son cruciales en nuestra vida cotidiana. Influyen y hacen posible muchas de las cosas que damos por sentadas, ya sea utilizar un móvil, revisar el pronóstico del tiempo o recibir ayuda tras un desastre”.
La misión no tripulada se desarrollará en cooperación con Sierra Nevada Corporation, una empresa estadounidense que desarrolla una nave espacial reutilizable llamada “Dream Chaser”, parecida a los antiguos transbordadores de la NASA.
“El ‘Dream Chaser’ fue seleccionado por esa agencia de EE.UU. para dar futuros servicios de reabastecimiento a la Estación Espacial Internacional, y es adecuado para transportes tripulados y sin tripulación en órbita terrestre baja”, indica Di Pippo.
La misión durará dos semanas y llevará entre 25 y 30 experimentos para ser realizados en microgravedad en orbita terrestre baja, a entre 200 y 2000 kilómetros de altura.
Al ser un vehículo reutilizable, el coste para la misión es más reducido que si se utilizase una nave de un solo uso.
La ONU también está buscando patrocinadores para reducir el costo pero, aún así, los países cuyos experimentos sean seleccionados deberán hacer también una aportación al proyecto.
Cualquier Estado de la ONU puede participar, pero la misión está especialmente pensada para países que no tienen recursos para un programa espacial propio, señala Di Pippo.
“Los preparativos están en curso para abrir la convocatoria para los experimentos de la misión. Esperamos recibir muchas solicitudes de países latinoamericanos”, confía la directora de Unoosa.
Para que la misión sea lo más accesible posible a Estados sin una industria espacial asentada, Di Pippo agregó que la ONU ofrecerá asesoramiento para desarrollar los experimentos.
La directora de la agencia de la ONU, con sede en Viena, subraya los beneficios de la ciencia y tecnología espacial y considera indispensable seguir invirtiendo en ella.
“Las actividades espaciales son cruciales en nuestra vida cotidiana. Influyen y hacen posible muchas de las cosas que damos por sentadas, ya sea utilizar un móvil, revisar el pronóstico del tiempo o recibir ayuda tras un desastre”, expone.
“Es importante recordar que el espacio fomenta el desarrollo industrial y económico: invertir en el espacio significa crear nuevos empleos y tiene un efecto positivo en la riqueza de todo el país”, defiende.
Di Pippo considera que la tecnología espacial es un motor a largo plazo para la innovación y que ofrece nuevas soluciones para hacer frente a los desafíos de la humanidad.
“Los datos espaciales son extremadamente útiles para supervisar los efectos del cambio climático, así como los esfuerzos de mitigación y adaptación”, ejemplifica.
Así, añade, “la información espacial también es relevante en caso de desastre, dado que los datos de observación pueden mostrar en pocas horas las condiciones de una zona afectada y ayudar con la coordinación de los trabajos de rescate”.
“En cuanto a cuestiones de salud, la tecnología espacial puede ayudarnos a rastrear la propagación de enfermedades y permite la telemedicina”, agrega.
Di Pippo defiende un acceso abierto a datos procedentes del espacio, lo que aumentaría “los beneficios económicos, la investigación y la innovación y apoyaría los procesos de toma de decisiones sobre la base de datos accesibles y transparentes”.
Se muestra entusiasmada con el reciente descubrimiento de un sistema estelar (TRAPPIST-1) con siete planetas, tres de los cuales se encuentran en zona habitable y podrían albergar océanos de agua, lo que aumenta la posibilidad de que pudieran acoger vida.
“Si se confirma que al menos uno de estos planetas es similar a la Tierra, podríamos comparar sus evoluciones y formaciones, posiblemente obtendríamos una mejor comprensión de nuestro medio ambiente y cambio climático, así como de nuestra historia”, concluye Di Pippo.