Entre las víctimas de abusos hay niños, ancianos y personas con discapacidad. En 2012, por ejemplo, un hombre con una discapacidad severa fue asaltado por los guardas. En mayo de 2016, otro hombre fue hospitalizado después de que él y otros cuatro más fueran brutalmente agredidos por guardaparques. Sus campamentos en el bosque son destruidos con frecuencia y se ataca y tortura a los indígenas por acceder a la tierra de la que han cuidado y dependido durante generaciones.
Un hombre bayaka dijo: “Si entras en el parque te atrapan y te llevan a prisión. Incluso si estás fuera del parque te dicen: ‘Vamos a matarte. Márchate fuera, fuera, fuera’”.
La actividad maderera en la región continúa a niveles insostenibles, según informes realizados por investigadores independientes y grupos de presión, Greenpeace entre ellos. Muchos observadores, incluida la ONU y la organización congolesa l’Observatoire congolais des droits de l’homme, han advertido sobre las consecuencias de los abusos de ecoguardas desde al menos el año 2004, pero no se ha adoptado ninguna medida eficaz.
En 2005, un hombre bayaka decía: “Conocimos a otro hombre blanco [de WCS] que vino y nos dijo que dejáramos de cazar y que los guardaparques se asegurarían de que lo hiciéramos. Ahora nos asusta adentrarnos en la selva por si los guardaparques nos atrapan”. |